Un peregrino llegó a la aldea de Abu-Yazid.
Enséñame la manera más rápida de llegar
hasta Dios, le pidió.
Abu-Yazid respondió con apenas cinco
palabras...: Ámalo con todas tus fuerzas.
Eso ya lo hago.
Entonces necesitas ser amado por los demás.
Por qué, preguntó el peregrino...
Porque Dios mira el corazón de todos los
hombres.
Cuando visite el tuyo, ciertamente verá tu
amor por Él, y se alegrará.
Siembra ya, si en el corazón de otras
personas encuentra tu nombre escrito con cariño, ten por seguro que
pondrá mucha más atención en ti.
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